El tambor chamánico es un tótem que representa el corazón de la Madre Tierra y en él laten todos los corazones. El corazón es el centro energético por el cual pasan todas las emociones y según el uso que hagamos de ellas pueden quedarse estancadas en el mismo. La emoción más densa por su inmovilidad es la del MIEDO.
El trabajo de construcción de tu tambor corazón empieza a través del reconocimiento de tu miedo actual, ese que sentiste y aún no se ha marchado de tu corazón. Este miedo genera un olor y este olor llama a un animal de poder en concreto. En el transcurso de la fabricación del tambor podrás sentir el don que hay en ese miedo y tu animal de poder te ayudará a manifestar ese don en tu vida.
Cada parte del tambor es reconocida y agradecida desde su origen, su transformación y el profundo respeto a su medicina. Así pasa con la madera, la piel, el arte, la lana, el algodón, los minerales o cualquier otro material que utilicemos hasta la totalidad que manifiestan todas sus partes como TAMBOR CHAMÁNICO.
El cuerpo redondo nos enseña el PODER de recibir las emociones, de gestarlas, de dejar que las emociones ocurran por sí solas, sin interferencias.
La piel es la UNIÓN, el medio a través del cual todo puede ocurrir, la unión del cuerpo emocional con el físico, el mental y el espiritual, la vibración sin juicio, la consciencia pura, el gran espíritu; aquel que nos invita a ser UNO con todo lo que nos rodea.
La baqueta-varita nos enseña la acción emocional, el flujo de entrada y salida de las emociones y la capacidad de expresar desde el corazón la MAGIA que reside en cada emoción.
El tambor chamánico es un retorno a la libertad y la verdad del CORAZÓN, donde el latido nos muestra la perfección de cualquier emoción saliendo y entrando a través de la experiencia de la vida.
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Rafael Galindo Romero 